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El valor de ser uno mismo

De la experiencia del apóstol Pedro extraeré algunas cosas prácticas para nuestra propia vida personal, pues así como él enfrentó una crisis grande, nosotros somos sometidos a situaciones similares y necesitamos responder sabiamente.

“Y ya la barca estaba en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario. Mas a la cuarta vigilia de la noche, Jesús vino a ellos andando sobre el mar. Y los discípulos, viéndole andar sobre el mar, se turbaron, diciendo: ¡Un fantasma! Y dieron voces de miedo. Pero en seguida Jesús les habló, diciendo: ¡Tened ánimo; yo soy, no temáis! Entonces le respondió Pedro, y dijo: Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas. Y él dijo: Ven. Y descendiendo Pedro de la barca, andaba sobre las aguas para ir a Jesús” Mateo 14:24-29

Debe estar seguro que el Señor le ha llamado

En forma muy clara dijo a Pedro ven. Todo creyente y sobre todo el pastor deben moverse en la voluntad de Dios. Es trágico moverse fuera de los linderos divinos, porque nos puede acontecer lo de Pedro, hundirnos. No importa las tormentas que soplen en nuestra contra. Dios tiene derecho de probar lo que le pertenece.

Tenemos que correr el riesgo de salir de la barca

Hay muchos que temen fracasar. Viven en sus temores y están quietos en sus respectivas iglesias. Pero tenemos que tomar decisiones y tener iniciativa de ponernos en el altar del Señor. Jesús lo ilustró con la semilla que va a la tierra y muere, solo así podrá llevar fruto. La enseñanza práctica es morir para seguir viviendo. ¿Estás preparado para el servicio del Señor? Si no estás ungido no podrás bendecir a otros.

Nuestra oración debiera ser: Señor tócame, cámbiame a mí antes de que espere cambios en otros. Es muy posible que te hayas dado cuenta cuando el Señor te llenó con su Espíritu Santo, pero cuando quedaste vacío no te diste cuenta.

La unción del Espíritu Santo la necesitamos. Produce liberación, compasión por las almas y espíritu de sacrificio. Compasión de la gente y no de sí mismo. El pastor se preocupa por las ovejas, sea esta gorda, flaca, perniquebrada y aunque le parezca extraño, también la que molesta.

Un hombre que busca reconocimiento, que no soporta la crítica, que se defiende y justifica delante de los hombres, es señal de que no ha muerto. Algunos dicen: “Yo soy tal persona”, “No acepto que mi imagen sea afectada”. Sin embargo, Pablo llegó a decir que todo lo logrado era basura en comparación al conocimiento de Cristo (Filipenses 3:7-8)

Un hombre muerto, es un hombre de valor para Dios

Si quieres que Dios te use, tendrás que morir al pecado, a la vida de apariencia, hipocresía, mentira y disponerte a ser incomprendido por los hombres, pero agradar a Dios.

Analiza tus fracasos

Atrévete a enfrentar tus fracasos y cambia de actitud. Admite que no has hecho lo que era correcto de acuerdo a tu vocación. Sé auténtico, tu vida tiene valor por sí misma, pero has lo que Dios quiere que hagas.

Leí acerca de un misionero de diecinueve años que fue enviado a una tribu hindú. Casi lo matan. Una lanza atravesó su muslo y tuvo que regresar. No obstante volvió un año después y levantó clínicas dando como resultado que miles se convirtieran a Cristo. Su labor fue reconocida hasta por el gobierno.

Y lo más increíble es que algunos no fracasan ni obtienen éxito, porque no hacen nada por temor a fracasar. Sin embargo, Pedro con todas sus imperfecciones fue el único que anduvo sobre las aguas. Que el Señor nos conforte y que en nosotros esté la disposición a obedecer su llamado.

Este artículo fue publicado originalmente en la revista Abriendo Brecha, número 18.


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